Las causas del estrés son múltiples y por tanto siempre estamos propensos a sufrir de este mal. Los factores desencadenantes o estresantes son llamados así porque son precisamente las razones por las que el estrés va a integrarse a nuestras vidas luego de que determinados elementos provoquen esta reacción.
Las causas se originan por la respuesta de nuestro organismo a estímulos externos o internos. Estos pueden ser de forma directa o indirecta y ocasionan en nosotros desbalances o alteraciones. De esta manera, existen varios factores de estrés que son los más comunes y que eventualmente son los que más daño causan.
Entre las fuentes externas que más nos afectan están los cambios importantes de la vida, las relaciones personales o de pareja, las familiares, las laborales o el incremento de trabajo, los problemas económicos y la falta de tiempo.
Los factores internos que generan estrés son las enfermedades, el pesimismo, la falta de confianza, el perfeccionismo y el confinamiento a espacios pequeños.
Finalmente, existen situaciones o fuentes clave que son las que más estrés podrían provocar. La muerte de un ser querido es una de ellas, el divorcio, ser despedido del trabajo, problemas sexuales, vencimiento de una deuda económica, estar sometido a demasiada presión o simplemente estar expuesto a ruidos molestos.