Las fases del estrés son tres y son definidas como el "Síndrome General de Adaptación". Mientras el organismo atraviesa estas tres etapas, va liberando químicos y hormonas que si se presentan durante un tiempo prolongado terminarán estresando a la persona.
La fase de alarma o shock repentino se presenta de forma inesperada y como fuera de control. Los síntomas son ansiedad, angustia, respiración acelerada, aumento de la presión arterial, del ritmo cardíaco, etc.
La fase de resistencia o adaptación es la respuesta ante una incapacidad de afrontar la situación. Disminuyen las defensas y se presenta un desequilibrio emocional.
La fase de agotamiento es la tercera y última. El organismo agota todos sus recurso y pierde su capacidad de respuesta, queda más propenso a sufrir una enfermedad.