El estrés y las presiones pueden llevar a las personas a cuadros clínicos complicados de los más diversos tipos. Una de las formas en que el estrés crónico se manifiesta en el cuerpo son las alergias.
Si tu alergia es de causas desconocidas y se manifiesta en períodos de tensión emocional, es probable que se trate de una reacción alérgica psicosomática por estrés.
- Las reacciones más frecuentes asociadas con el estrés suelen ser la los catarros, la dermatitis y el asma. Por lo general, ante situaciones de tensión, las personas pueden manifestar brotes o dificultades respiratorias.
Aunque los signos de estrés más comunes son la depresión, la ansiedad y la irritabilidad, el estrés, sin ser la causa primordial de las alergias, es capaz de empeorar o producir síntomas alérgicos en algunas personas.
- Así como la presión arterial, la diabetes, las insuficiencias cardiacas, la úlcera del estómago, el estreñimiento y la colitis, entre otras condiciones, se empeoran al presentarse situaciones amenazantes, las enfermedades alérgicas, de igual forma, pueden verse muy afectadas por el estrés crónico.
- El estrés crónico, que incluye el estrés psicológico emocional, afecta de manera especial el sistema inmune.
- Además, el estrés crónico amortigua la respuesta inmune, aumentando de esta forma el riesgo a contraer infecciones y posiblemente la respuesta a inmunizaciones y vacunaciones.
Las personas que sufren de estrés crónico manifiestan una disminución en glóbulos blancos y presentan una vulnerabilidad mayor a contraer catarros comunes. En estas personas los catarros tienden a durar más tiempo.
El primer paso a seguir es ir al médico y realizar las pruebas pertinentes para descartar alérgenos potenciales. En los casos de alergias psicosomáticas, por lo general no se encuentran factores alérgenos reactivos, sino que las crisis son asociadas a los momentos de tensión.